Me fascina la cultura Japonesa, tanto la de la vida como la de la muerte, ésta película es brillante, relata la vida de un samurai pacífico, con una vida llena de sufrimientos y amarguras, pero plena de amor por sus hijas y por una mujer que ama desde la infancia, tal vez no fue un hombre con suerte, como la de tantos otros, tuvo que vivir una época en que el código de honor japonés, los clanes y las guerras entre ellos, representaba una carga emocional difícilmente asumible por todos.
En estas películas es especialmente sensible el trato que se hace sobre los sentimientos, el trato con los hijos, la aceptación de lo trágico, esto último tan parecido al pueblo español.
Una bella película.