Al leer ‘mi planta de naranja lima’, me han venido tantos recuerdos de mi infancia, es curioso como mi mente retiene unas pocas imágenes de mis cuatro y cinco años, todavía en mi ciudad de nacimiento, que dejé cumplidos los 5 años.
Periódicamente desde mi nacimiento, mi madre me llevaba a un hospital para un chequeo, allí me ponían una inyección, no supe hasta muchos años atrás el porque de tanto control, recuerdo que siempre al salir del hospital parábamos en una tienda de golosinas, había que bajar un escalón para entrar a la tienda, me compraba mi madre una sola figurita de mazapán, que yo deleitaba hasta llegar a casa.
También recuerdo el frío que hacia, allí al lado de la cocina de carbón le dije a mi madre que pediría ese año a los Reyes Magos un abrigo para ella, ese año me desilusione de los Magos, solo recibí una moto pequeña de juguete hecha en madera.
Los siguientes reyes ya los pase en Barcelona, me asombraba la opulencia que había en otras casas; en la de mis primos, en la que siempre había algo para mi, era tal la cantidad de regalos que dejaban, que mis ojos se abrían de asombro y de alegría por ellos.
Pronto descubrí quien me dejaba los cuentos y TBO’s, y desde entonces aprecie mucho mas los regalos que me hacían, porque conocía el esfuerzo que suponía recibir esos regalos.