Seguramente ha sido la legislatura mas corta, por decisión de su presidente, en todos los países democráticos del mundo, la mitad de lo previsto, en lugar de cuatro años, dos.
Artur Mas se emborracho de banderas y exaltación patriótica en la última Diada Catalana, se le encendió la luz de la ‘inteligencia’ y vio una salida al gran problema que tenia y seguirá teniendo, no hay dinero vamos a exigir el pacto fiscal, como no nos lo darán, haremos elecciones anticipadas, aprovecharemos la exaltación independentista, no hablaremos del fracaso en la gestión económica, conseguiremos mayoría absoluta, y el gobierno central tendrá que claudicar.
Última versión del cuento de la lechera.
El resultado es que Ciu tiene 12 diputados menos que hace dos días, lo que representará menos ingresos a su formación (gracias Mas), un panorama aún mas difícil que el anterior, con una comunidad rescatada, porque Catalunya ha tenido que pedir dinero para ser rescatada, con récord de recortes en sanidad, educación, dependencia, dejando sin pagar a terceros como farmacias y empresas concesionarias por la Generalitat, como las gestoras de residencias de ancianos (que llevan varios meses sin cobrar), con un desempleo que empieza a ser mayor que la media nacional.
Y a los pobres ciudadanos de Catalunya, (nunca mejor dicho, como mucho nuestra libreta esta en la Caixa, no en Suiza), de nuevo el mismo panorama de cuatro años mas (aunque nunca se sabe).