Entra en la sala un hombre joven, de unos treinta y cinco años, no muy alto, de piel muy negra, hablando un español perfecto, dice que lleva en España toda su vida, tiene contracturas en la espalda y le han dicho que pase por aquí para recibir un masaje.
Le pido que se quite la camiseta y se sitúe en la camilla, al hacerlo muestra un torso atlético, musculado, anchas espaldas y cintura super estrecha, todo musculo, era inimaginable viéndolo vestido que tuviera ese cuerpo, mi compañero con el cual compartimos sala de terapias al verlo demuestra su admiración y le pregunta si hace pesas, barra, a todo lo cual responde mi paciente que si, dice que es lo único que puede hacer sin que le cueste dinero, en cualquier lugar de la playa donde encuentra un lugar donde practicar lo hace.
Empiezo el masaje, esta tumbado en la camilla boca abajo, me cuesta trabajar esos músculos, poco a poco voy buscando las contracturas e intentando deshacer,
En el interior de los dos brazos observo heridas abiertas de unos 3 centímetros de longitud, con la piel abierta y dejando ver en el interior de la herida que se esta cicatrizando la carne negra y brillante.
Él esta recibiendo el masaje con los ojos cerrados, en voz baja le pregunto: ¿como te has hecho esas heridas?, responde un mal momento en mi vida, sin abrir los ojos continua, he estado 17 meses en prisión, al salir no me quería mi madre en su casa, los amigos me dieron la espalda, estaba desesperado y no quería seguir viviendo.
Poco a poco fui acabando el masaje, después de despedirnos me quede con la boca seca durante tiempo.
Barcelona, La Barceloneta a 25 de julio de 2013