Una situación dramática, ser padre de 533 hijos de los cuales a los 20 años, 142 de ellos quieren conocer al padre biológico.
Son tales las cifras, que lo dramático se convierte en comedia, por supuesto muy bien traído, hemos de suponer que las clínicas que compran esperma deben de controlar muy estrictamente las donaciones, ¿y si no es así?.
Aparte de la situación esperpéntica, se desarrollan episodios emocionantes al conocer las vidas de cada uno de los hijos, humanizando toda la situación, y hasta convertirla en momentos lacrimógenos, pero con mucho humor.
Es especialmente interesante los diálogos del padre con su padre, y con su abogado.