Trata del alegato acusativo en el juicio a una mujer, recogido por Demóstenes como testigo en el juicio, no está la resolución del mismo, curiosamente se juzga a una mujer por ser prostituta y extranjera en venganza a su marido proxeneta:
“Atenienses, he tenido muchas razones para poner esta denuncia contra Neera y acudir ante vosotros. Tanto mi cuñado y yo como mi hermana y mi mujer hemos sido realmente maltratados por Estéfano y por su culpa nos hemos visto en situaciones de extremo peligro, de modo que no me presento en este juicio como acusador, sino como vengador.”
Situado los hechos en Atenas entre los años 343 y 340 a. C, con unas leyes en la cuna de la democracia, que permiten expresar al acusador su deseo de venganza en el juicio, cosa impensable hoy en día, que aunque así sea nunca se reconoce.
El texto es una verdadera delicia de la oratoria, como la palabra puede llevarte por donde quiera, una verdadera lección a todos aquellos profesionales de la verborrea.
Por otro lado, es una oportunidad para conocer algunas características legales en la antigua Atenas:
“Si un extranjero convive como esposo con una ciudadana de cualquier modo o manera, que lo denuncie ante los tesmotetas quien de entre los atenienses quiera. Y si el extranjero fuera condenado, que sean vendidos él y sus propiedades, y un tercio sea para el que lo delatara. Sea también así si una extranjera convive con un ciudadano como su esposa, y que aquel que conviva con la extranjera convicta pague mil dracmas.”
En definitiva es el juicio a una mujer por ser mujer, extranjera y prostituta, mezcla que a pesar de los siglos transcurridos sigue igual, ya es tiempo de abrir las mentes, dejar de demonizar a la mujer u hombre que ejerza ese oficio, que por otra parte si existe es porque hay demanda de ello.
“Pues estar casado consiste en eso, en que uno tiene hijos, introduce en sus fratrías y demos a los varones y a las hijas las entrega legítimamente a sus maridos. A las heteras las tenemos para el placer, a las concubinas para el cuidado diario de nuestro cuerpo, a las esposas para tener hijos legítimos y contar con una fiel guardiana en el hogar”