Es difícil hacer entrar toda la novela de Charlotte Brontë en un film de 115 minutos, pero en mi opinión esta suficientemente logrado, es una historia densa, muy parecida a otras de la misma época.
Inglaterra ha dado fama a una disciplina en la niñez y adolescencia, férrea y muchas veces cruel, con castigos infames, humillantes, vejatorios y duros.
Pero unos tienen la fama y otros la cardan, o ¿es que olvidamos los castigos que en esta tierra se propinaban a todo aquel joven mal estudiante o desobediente, olvidamos los correazos que el progenitor regalaba a su hijo para enderezar su virtud, o tal vez dejamos en el baúl de los recuerdos las palmadas y bofetones que los maestros de escuela daban a sus pupilos, así como las humillaciones públicas y los ‘orejones de burro’ para mas escarnio?.
Jane Eyre, una muchacha educada en un orfanato, con un pasado triste y un futuro incierto, hay dos cuestiones que me fascinan de esta mujer, su rectitud y voluntad sobre la verdad y la honestidad y, lo feminista que fue en su época, preguntándose el porque los derechos de los hombres eran diferentes al de las mujeres, y todo ello con una humildad y lógica aplastante.