Miguel Delibes – Cinco horas con Mario

Miguel Delibes – Cinco horas con Mario
SINOPSIS:
Una mujer acaba de perder a su marido y vela el cadáver durante la noche.
Sobre la mesilla hay un libro —la Biblia— que la esposa hojea. Va leyendo
los párrafos subrayados por el hombre que se ha ido para siempre. Una
oleada de recuerdos le viene a la mente y empieza un lento, desordenado
monólogo en el que la vida pugna por hacerse real otra vez. La pobre vida
llena de errores y torpezas, de pequeños goces e incomprensiones. ¿Ha
conocido Carmen alguna vez a Mario? Escuchemos el irritante discurrir de
la pequeña y estrecha mentalidad de la esposa. Otro hombre irá poco a
poco descubriéndose, para todos menos para ella, con toda su desesperanza
y su fe en la vida.
RESEÑA:

En forma de soliloquio nos presenta Delibes la España resultante de la Guerra Civil: Concepción moral, familia y la irreconciliable ‘dos Españas’.

Carmen vela a su marido y hace recuento de veintitrés años de matrimonio, un matrimonio de dos desconocidos que siguieron sin conocerse a pesar de los años y de cinco hijos en común.

Después de la Guerra Civil Española, se activo una conciencia Católica muy profunda, con ello se conseguía amansar, cegando al pueblo de la miseria, hambre y desesperación como resultado de la contienda civil mas cruel vivida en nuestros tiempos. La religión solo sirve para aplacar conciencias, de ello se valen todos los estamentos políticos aprovechando la incultura y el miedo del pueblo.

La familia Católica fue fundamento imprescindible para una recuperación en paz y servil de una España rota. El ideario era crear una familia en la que él trabajara muchas horas fuera de casa, permitiéndose y admitiéndose sus pequeños goces fuera de ella, unido a una mujer cuidadora de la casa, de los hijos, fiel de pensamiento y obra (aunque de pensamiento no lo fuera siempre), y con pocos conocimientos de los placeres de la carne. La familia media española de esos años, era una familia que se desconoce a si misma, reprochándose el uno al otro constantemente todo.

En cuanto a la irreconciliación de las ‘dos Españas’ poco hemos avanzado, la envidia, la soberbia, el odio…, parece que disfrutamos haciéndonos mal los unos a los otros. Pienso que debe ser algo genético que solo acabara cuando el mundo nos destruya.

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