Paul Auster – Brooklyn Follies

Paul Auster – Brooklyn Follies

SINOPSIS:

Nathan Glass, un hombre de sesenta años que acaba de superar una enfermedad, ha decidido retirarse a Brooklyn para pasar los últimos años de su vida. En el barrio, acude asiduamente a una cafetería, donde estrecha vínculos con una camarera, y a una librería regentada por un peculiar

personaje. La casualidad le lleva a coincidir con su sobrino Tom, con quien había perdido el contacto, que intenta ganarse la vida combinando los trabajos de librero y taxista. Brooklyn los unirá de nuevo y construirán una relación que el tiempo había interrumpido.

 

Paul Auster – Newark, Nueva Jersey, 3 de febrero de 1947

Es escritor, traductor y cineasta.

  

RESEÑA:

El autor es prolijo en personajes, personas que aparecen y que muchos de ellos no vuelven a salir, nombres que cambian porque su propietario lo ha decidido a lo largo de su vida, y al fin no sabemos quien es, porque a veces lo nombran con el nuevo y otras con el anterior. Utiliza también, significados de cosas para los nombres, y hete aquí que nos va indicando propiedades de las personas como si fueran motes, parece que dice: mira que ocurrente y simpático soy. En fin: un caos.

No contento con lo prodigalidad de personajes sin ton ni son, se prodiga también en hacernos una lista de autores americanos, supongo para que sepamos de su gran cultura en ese ámbito, ademas de describir como si de un mapa se tratase, el recorrido y la descripción de carreteras y poblaciones al paso del viaje de los protagonistas. Muy interesante como libro de carreteras.

Otra ocurrencia del autor es contarnos que la razón de la vuelta a Broklyn del protagonista es haber superado un cáncer de pulmón, bien pudiera ser, pero es muy dudosa esa recuperación de una enfermedad con una probabilidad de curación menor al 10%. Y esto me enfada sobremanera por utilizar algo tan serio frívolamente

Bien es cierto que hay pensamientos muy interesantes que señalar:

Nathan es judio y se declara ateo, observa el relato bíblico de Jacob y Esaú, sentenciando: “El malo gana y Dios no lo castiga”.

Hotel existencia, un lugar en donde caben todos los sueños: En la adolescencia llevamos al hotel a todo aquel que queremos cuidar y que lo cuiden, niños desvalidos, pobres, enfermos; Es la promesa de un mundo mejor. En la juventud es el lugar que nos ofrece dentro de sus salones y habitaciones todo juego de placeres inalcanzables; Es la promesa de una vida feliz. En la madurez nos puede proporcionar descanso, calma y un buen final; Es la promesa de una vejez tranquila.

Recuerda un excelente relato: “Kafka y la muñeca viajera”.

No sé bien como calificar esta obra, pudiera considerarse un libro de auto ayuda y de optimismo, aunque sin los matices de consejos y fábulas, muy apreciados en esos libros.

Es innegable la calidad de su prosa: fácil de leer, también fácil de perderse con descripciones y personajes, con pinceladas de una profundidad que invitan a pensar:

– Sin tedio, no hay gozo.

– Pedir perdón a alguien es un asunto complejo, un ejercicio de delicado equilibrio entre el terco orgullo y el apesadumbrado cargo de conciencia.

– Cuando se ha vivido tanto como yo, se tiende a creer que ya se ha visto todo, de vez en cuando, surge algo que nos vuelve a recordar que no entendemos ni lo más mínimo de la vida.

– La inactividad induce a pensar, y los pensamientos pueden resultar peligrosos.

– Nunca hay que dejarse dominar.

– Cuando alguien cree que va a morir, habla con el primero que quiera escucharlo.

 

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