Shanghai – Mikael Hafström

Años cuarenta. En los meses previos al ataque japonés de Pearl Harbor, el agente secreto Paul Soames (Cusak) llega a Shanghái para investigar el asesinato de su mejor amigo. Rápidamente se ve inmerso en una trama de conspiración y mentiras. Acechado por un oficial de la inteligencia japonesa, la investigación de Soames se centra rápidamente en un carismático gánster local, Anthony Lanting, y en su hermosa mujer, Anna.

Una película de intriga policíaca, muy bien argumentada, manteniendo la intriga y emoción.
Pero como me sucede en muchas ocasiones. veo un fondo mas allá de la superficialidad, en este caso creo ver una exposición devastadora de la relación China-Japón.
Desde 1842, Shanghái fue eje comercial y financiero entre China y las potencias coloniales. En 1937, tras la Batalla de Shanghái, la ciudad cayó en manos de los japoneses. Esta ocupación duró hasta 1945. Durante la Segunda Guerra Mundial se convirtió en punto de refugio de miles de europeos.
Existe un sentimiento antijaponés en China muy acusado, principalmente originado a partir de 1868 por situaciones imperialistas de los Japoneses sobre China, anexionándose algunos territorios a la fuerza, todo ello viose agravado definitivamente como consecuencia de la Segunda Guerra Sino-Japonesa, que fue uno de los escenarios de la Segunda Guerra Mundial. China sufrió más de 20 millones de muertes de civiles y 3 millones de bajas militares, así como la muerte de otros 23 millones de civiles chinos en el Sureste Asiático. Además, la guerra causó enormes daños materiales y económicos,  y creó 95 millones de refugiados. Manchuria estuvo bajo el control japonés en 1931 como un estado títere llamado Manchukuo y a partir de 1937 muchas grandes ciudades como Nankín, Shanghái y Pekín, entre otras, fueron ocupadas por los japoneses. Algunos de los incidentes ocurridos en ese período fueron la masacre de Nankín, las investigaciones sobre guerra biológica realizadas en Manchuria, por la Unidad 731, una unidad médica del ejército japonés, utilizando civiles chinos como sujetos de prueba, que se conoce como humanos ‘logs’ en las revistas médicas, y la utilización forzadas de mujeres de muchos países asiáticos, incluida China, como prostitutas al servicio de militares (a menudo referidas como «mujeres de confort») en zonas de ocupación japonesa.
Por lo tanto, volviendo a la película, es interesante observar las relaciones existentes entre los habitantes chinos de Shanghái, los occidentales: Americanos, Ingleses y las fuerzas de ocupación japonesas, creo que ahí esta la verdadera intriga del film.
Barcelona a 2 de octubre de 2012

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