El Delta del Ebro

El río Ebro, el más caudaloso de la península Ibérica, es el principal responsable de este entorno, aportando los materiales arrancados de su cabecera para depositarlos aquí, en la conjunción con el Mediterráneo. Los sedimentos son por lo tanto, materiales provenientes de los Pirineos, el sistema Ibérico y la Cordillera Cantábrica, lugares de donde nace el río. La cantidad de materiales sedimentados en los últimos 4000 años,  han creado una superficie de más de 320 km², en la que se han formado numerosos hábitat. La actual forma del Delta es una “flecha” perfectamente dibujada que penetra cerca de 22 Km. en el mar.






Entre los espacios naturales existentes, destacamos la Isla de Buda. En su interior se encuentran las lagunas que es hábitat de un gran número de especies de pájaros.
Llegó a tener unos 200 habitantes durante la década de 1950, cuando unas cuarenta familias se instalaron para cultivar arroz  construyen sus casas, una escuela,  una capilla. Incluso organizaron fiestas mayores y crearon un equipo de fútbol. Actualmente, aunque se continúa cultivando arroz, en la Isla de Buda sólo quedan dos matrimonios mayores. Situada dentro del Parque Natural del Delta del Ebro, teniendo la titularidad de dicha isla parcialmente por la Generalitat y otra parte de titularidad particular. Para acceder se necesita una autorización expresa.






El faro de Buda se encendió por primera vez el 1 de noviembre de 1864, era el más alto de los metálicos construidos en el mundo, con una elevación de 51,5 metros sobre el nivel del mar. Una torre de hierro cilíndrica, de color gris perla claro, rematada por una linterna de un alcance de 20 millas., a la que se accedía por una escalera de caracol de 365 escalones. La regresión del Delta, con el mar avanzando hacia la torre y descalzando los fundamentos de las estacas, lo sentenció.




Para recorrer el territorio es conveniente proveerse de buenos planos, la extensión es muy amplia y el acceso a los diferente lugares debe de hacerse por rutas muy determinadas, la carretera principal es cómoda, las secundarias son prácticamente caminos, aunque la morfología del terreno es muy plana puede convertirse en un laberinto  que te obliga a recorrer las carreteras varias veces para ir a un punto.
No hay que perderse alguna de las rutas en barco, son unos 5 kilómetros entre el embarcadero y la unión del Ebro con el Mediterráneo, es una visión fantástica, es muy complicado salir a alta mar en barco, en la desembocadura del Ebro hay arenales con 15 centímetros, por lo que es muy factible embarrancar.

Si puedes visitar la zona en la época que están las aves migratorias, podrás ver especies en su propio hábitat desde los observadores destinados a ello, no olvidarse de prismáticos y cámara de fotos.





















Hay varios lugares que se come bien y a buen precio, no puedes dejar de probar el arroz, en esta zona se cultiva el 25% de la producción Española, después de Extremadura, Andalucía, y antes que Valencia.
Y por supuesto el licor de arroz, esta buenísimo.
Deltebre. 15 de abril de 2013

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