La ingratitud – la gente es desagradecida

El responsable de administración y contabilidad de una empresa tiene por su cargo, contacto con el informático que lleva la instalación de los procesos, este es externo a esa empresa, Son un par de años de relación amigable, la empresa parece que va mal y ese responsable se lo comenta al informático, por si éste como conoce otras empresas puede echarle una mano para colocarlo en otro sitio.
El informático que ciertamente conoce otra empresa en la cual lleva muchos años colaborando y proporcionarle sus servicios, el gerente le comunica que dejará la sociedad en breve, el informático habla bien de esa otra persona y hace lo posible para que le ofrezcan el puesto de gerente, así hacen y acepta el puesto, mas bien remunerado y mejor posicionado que el anterior.
Siguen las relaciones entre el nuevo y flamante gerente de la empresa y el informático que sigue trabajando para esa misma sociedad.
Al tiempo el informático se entera que el gerente ha introducido poco a poco los servicios de otro informático, porque este le da unas comisiones importantes. Por suerte para el informático es que ese gerente hizo tantas cosas mal que al final lo echaron.
La gratitud muchas veces solo dura el momento en que se dan las gracias, luego si te veo no me acuerdo.
El Abi tenia reputación y buenos contactos en una asociación deportiva muy importante aquí en Barcelona, había sido jugador, entrenador, y de muy mayor le dieron un puesto administrativo en las oficinas hasta la jubilación.
Él había hacho favores personales a muchas personas, es mas uno de los directivos actuales, muy joven por cierto, lo había ‘enchufado’ en la asociación por conocimiento que tenia con su padre.
Una vez jubilado el Abi y conociendo la situación del hijo de su esposa, situación complicada con 50 años y una empresa arruinada, habló con el joven directivo haber si podían ofrecerle un empleo, hubo entrevista y muy buenas palabras, el directivo elogió al Abi vehementemente, prometió hacer lo posible; puede que lo hiciera pero no ofreció nunca ninguna oportunidad a esa otra persona.
La gente es muy desagradecida, o tienen muy poca conciencia. Y es que los favores siempre son una humillación.
Un hombre se independiza de su trabajo, en el cual esta muy bien considerado, pero desea crear su propia empresa pues tiene ideas, ganas de trabajar y ambición por hacer cosas interesantes. Inicia alquilando una habitación en un centro de negocios, sus vecinos en donde vive al enterarse, le comentan que la novia de su hijo, una muchacha de unos veinte años necesita trabajar, el empresario lo acepta aunque lo que necesita es un perfil técnico y ella no lo tiene, pero dice que aprenderá y pondrá todo el interés en el trabajo.
El empresario le enseña la técnica y poco a poco va haciéndose al trabajo, no es una persona con iniciativa ni demasiado trabajadora, pero va cumpliendo, con el tiempo se acomoda a su quehacer, debe de llevar clientes fuera de Barcelona pero como ella no tiene vehículo el empresario destina un día a la semana acompañándola a los clientes para instalar las modificaciones.
Así van pasando los años, hasta que las cosas en la empresa van de mal en peor, algunos clientes dejan los servicios y aunque el empresario invierte mucho capital en modernizar sistemas y paga cursos a los empleados, ya no es lo mismo que antes y el negocio deja de serlo.
Intenta el empresario llegar a un acuerdo amistoso con la empleada, que lleva 10 años trabajando para él. No lo consigue y después de un despido, ésta pugna en magistratura consiguiendo testigos que dijeron falsedades que sonrojaron al empresario, ganó el proceso y el empresario tuvo que pagar cuarenta mil euros a su antigua empleada.
En el centro de terapias se conciertan las horas, el terapeuta va una vez por semana, es una obra social y no cobra nada por sus servicios, trata o todos por igual o eso intenta, pero muchas veces los usuarios no son muy puntuales que digamos, deja pasar a uno que no tenia hora, porque quien si la tenia no estaba, llega este y al ver que debe de esperar un rato para ser atendido pone el grito en el cielo, se enfada, marcha y dice que no vuelve mas, el terapeuta intenta tranquilizarlo explicando lo que había pasado, que como no estaba él había cogido a otro, no acepta y sigue enfadado.
Contra mas das mas te exigen, si hubiera ido al médico, seguramente hubiera esperado mucho tiempo antes de que lo atendieran, pero a eso esta acostumbrado y se aguanta.
El desagradecimiento tiene mucho que ver con la incultura y la ignorancia, aunque no siempre es así, el egoísmo también es producto de ingratitud. 
Barcelona a 18 de agosto de 2013

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