La muestra que presenta estos días en el centro Albareda de Barcelona, corresponde a una serie de cuadros imaginativos inspirados en personajes de cuentos infantiles.
Este genero de lectura, dedicado a la mas tierna infancia, siempre me ha causado una sensación extraña, puesto que aunque casi todos los cuentos acaban bien, la maldad mas pura y los hábitos menos deseables son los protagonistas de esas menudas historias, y la paradoja es dedicar al mundo infantil esa cruda realidad, como es la vida misma, y aun y así no se aprende.
Estos cuadros de la joven autora, que a su vez es ilustradora, dan fuerza a los personajes produciendo en muchos casos intranquilidad y como mínimo perplejidad.
El color es la nota de esperanza, subyuga de tal manera que te transporta al fondo del escenario compartiendo el lienzo con el personaje.
Por otro lado la imaginación es exquisita, parece volar por todo el lienzo pleno de detalles.
En la exposición y dentro de una vitrina hay un pato, que según reza una inscripción de la autora, lo adquirió en un comercio de esos que hay de todo, por 5 euros, el cual, sin esperarlo, fue causa de inspiración en muchos de los cuadros de esta exposición.
Es muy interesante dedicar unos minutos a visitar su página web: http://silviacuello.com/
Podemos ver otras realizaciones de esta artista que en ningún caso deja indiferente al visitante.